Aún nos suenan los ecos de la última campaña de las elecciones generales cuando ya estamos inmersos en la campaña de las elecciones al parlamento andaluz. Por tanto, de nuevo a pelearnos con la educación. Y es que no hay forma de evitarlo, ¿o sí?
Por si fuera poco, en estos tiempos, se le une al debate la difícil situación económica y los ajustes presupuestarios para la reducción del déficit. ¿Recortes educativos?, ¿copago en educación?, ¿pública o privada?, ¿reforma de la LOE y de la LEA?. ¿Qué toca ahora?
La coincidencia en estos periodos electorales muy peculiares, por distintas razones de tipo político y económico, ha hecho que el sector educativo y la sociedad en general estemos asistiendo y me temo que vamos a continuar, a una contienda sobre la educación, en algunos casos sin pies ni cabeza que lejos de consensuar y unificar al sector, lo enfrenta y lo deteriora.
De nada han servido los intentos de anteriores gobiernos o iniciativas parlamentarias para tratar de llegar a consensos. Y es que, está claro que la educación tiene un componente político e ideológico importante y no se trata de que nadie renuncie a ellos, pero el sector educativo está cansado de estos enfrentamientos y lo que reclama es su estabilidad o, al menos, que el esfuerzo de todos sea en ese sentido. Entre todos tenemos que trabajar en positivo por la educación, sumar y no restar, complementar, consensuar y mejorar.
Pero ¿tanto trabajo cuesta? Y, si así fuera, ¿no deben nuestros representantes oír el clamor del sector educativo para llegar al consenso, a la estabilidad, al pacto por la educación que toda la comunidad reclama aunque se dejen algo en el camino? ¡Castigados sin recreo hasta llegar a un acuerdo!
En Andalucía, el artículo 3 de la LEA define bien nuestro sistema educativo y su composición. Por tanto, la organización de nuestro Sistema Educativo se debe hacer en clave de servicio público con la participación de todos sus centros, tanto los de titularidad pública como los concertados que, respetando su identidad o carácter, deseen contribuir a las finalidades y objetivos del Sistema Público de Educación de Andalucía. Todo ello, por supuesto, dentro de un marco de planificación y programación.
En fin, comienza la campaña electoral y esperemos que no se convierta de nuevo en el espectáculo de disputas que sólo llevan al enfrentamiento entre la red de centros de titularidad pública y la concertada y coincidan todos en su empeño por llegar a un pacto por la educación y a la justa y equitativa distribución de los recursos, trabajando de forma conjunta, contribuyendo y desarrollo sus objetivos, fundamentalmente la equidad y la igualdad de oportunidades: “todos somos Sistema Público de Educación” y, en definitiva, el objetivo final de la educación es el alumnado y la sociedad en general. De momento todos los candidatos ya se han apresurado a decir que en la educación no habrá recortes, ¿será así?
Si esto lo conseguimos podríamos levantar el castigo del recreo. ¡Merecerá la pena!
Miguel Vega Sánchez
Presidente Asociación Andaluza de Centros de Enseñanza de la Economía Social
ACES