Desde el Colegio Séneca, no nos sale decir buenos días. Lo sentimos, pero no lo son. Ayer, ya todos lo sabéis, se nos fue una parte de nosotros.
Se nos va un gran hombre, una magnífica persona, un querido y genial profesor de muchas promociones de alumnos y alumnas, al que hoy todos recordáis con cariño. Se nos va uno de los buenos; de los buenos de verdad.
A estas horas todavía no hemos reaccionado a esta puñalada que nos ha dado la vida. Esta no la hemos visto venir. Esto no tocaba.
Ayer amanecía un lunes gris, aunque la sonrisa de Vicente lo iluminaba como cualquier otro día. Pero en una de esas que hace preguntarnos por el sentido de nuestra existencia y lo mísero de la misma, el destino nos lo ha arrebatado. Al pie del cañón, por supuesto. No podía ser de otra forma. Qué grande eres, Presi.
Te echaremos muchísimo de menos. Descansa, que los que aquí quedamos seguiremos trabajando haciendo que el Séneca, TU Séneca, siga manteniendo ese espíritu cooperativo y siga educando y formando a grandes personas, en todos los aspectos.
Aunque sin ti todo se hará un poco más difícil. Que tú lo hicieras fácil no quiere decir lo sea, pero esa es otra de tus muchas virtudes. Descansa en paz querido amigo, querido compañero. Descansa en paz.