Los niños pueden llegar a ser muy crueles, sobre todo cuando se burlan de otros pequeños. Muchos se comportan de esa forma porque no han desarrollado completamente la capacidad de ser empáticos y ponerse en el lugar del otro. De hecho, los niños nacen siendo demandantes, exigiendo cuidados, solo más adelante desarrollan lo que se conoce como la “Teoría de la Mente” y son capaces de desarrollar la empatía. Por supuesto, también depende de la educación que hayan recibido.
En todo caso, siempre es conveniente preparar a tu hijo para hacerle frente a las burlas sin tener que recurrir a la violencia. De esta forma le ayudarás a crear una especie de coraza emocional para proteger su autoestima. Y se trata de un regalo invaluable para la vida.
La humillación duele, y mucho
Un estudio realizado recientemente por investigadores de la Universidad de Ámsterdam ha desvelado que las heridas que causa la humillación son mucho más profundas de lo que pensábamos. En esta investigación, publicada en la revista Social Neuroscience, los científicos escudriñaron dentro del cerebro de las personas mientras experimentaban diferentes emociones.
Para generar esos estados emocionales les leían diferentes historias y les pedían que intentasen ponerse en el lugar del protagonista. Así se pudo apreciar que la humillación desencadenaba una reacción a nivel cerebral mucho más intensa que la alegría e incluso que la ira.
En el estudio también se apreció que la humillación activa áreas cerebrales relacionadas con el dolor. Por tanto, estos investigadores alertan que la humillación no solo es una sensación muy negativa sino que incluso se percibe a nivel cerebral como un dolor. Por eso, sus consecuencias se pueden arrastrar hasta la adultez, dando lugar a una persona insegura o, al contrario, a alguien que responde con agresividad.