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Los centros de economía social alertan de la disminución de ingresos con el cambio.
DIEGO J. GENIZ.
Los cambios anunciados por el Ministerio de Educación para las enseñanzas medias han provocado la alerta en diferentes sectores de la comunidad educativa. Uno de ellos ha sido el de los centros de economía social, es decir, aquellos colegios concertados entre la administración pública y una cooperativa que ejerce la titularidad sobre el centro. La asociación que engloba estas escuelas, ACES, ha advertido ya de que si finalmente la Enseñanza Secundaria Obligatoria (ESO) se reduce un curso, en la provincia de Sevilla se pueden perder hasta 40 empleos en estos colegios.
ACES, en este sentido, habla de los "desajustes" que pueden originarse con las medidas que pretende aplicar el Gobierno a partir del curso 2013/14. En toda Andalucía el número de empleos que se se verían afectados llegaría a los 115. Según el presidente de la ACES, Miguel Vega, "al pasar a tres años de ESO y tres de Bachillerato, los centros escolares de Economía Social que terminan sus enseñanzas actualmente con cuarto perderían 70 unidades de dicho nivel con la consiguiente eliminación de 115 puestos de trabajo y de los recursos que permiten el mantenimiento de los centros".
En el caso de la provincia sevillana, el número de aulas de cuarto de Secundaria que se eliminarían de este tipo de colegios llegaría a las 25. Para Vega, la adaptación a esta nueva estructura genera "muchas dudas" en el sector, sobre todo si se tiene en cuenta que gracias al dinero recibido por la concertación se puede hacer frente a los gastos propios de un centro y al mantenimiento de éste. "Pedimos al Gobierno que la reestructuración planteada se haga impidiendo la pérdida de recursos para los centros, de puestos de trabajo y de las unidades concertadas", añade el representante de la CES. La reforma tendrá especial incidencia en los centros más pequeños, los que sólo cuentan con una línea (una clase por curso) al verse mermados drásticamente sus ingresos.
Por otro lado, la ACES mantiene que la propuesta planteada puede ser sólo "un cambio de nomenclaturas que no resuelva los problemas esenciales de la enseñanza". Por todo ello, la asociación estima que la ESO debe mantenerse con la composición actual y afrontar los problemas de la enseñanza "de forma seria".