El espectáculo en el fútbol argentino casi siempre está en las gradas. Una fotografía que se tomó el pasado sábado en el estadio de Racing Club, de primera división, se ha viralizado en las redes sociales y ha permitido que se conozca una historia de compañerismo. La foto muestra a dos chicos subidos cada uno a una muleta para poder ver el campo de juego por encima de una pared de seguridad de 1,70 metros. La escena transcurrió durante el encuentro que jugaron Racing con Temperley y que significó la despedida del fútbol del atacante Diego Milito.
El dueño de las muletas se llama Santiago Fretes, tiene 10 años y por una malformación genética tiene amputada su pierna derecha. Sin embargo, se las apaña para jugar al fútbol de manera magistral en el Club Unión de Del Viso, en la localidad de Pilar (a 58 km de Buenos Aires), donde vive. Basta ver los vídeos que hay en el twitter de la madre (@sabribonomo) para comprobar los golazos que hace con una pierna. Al niño nada parece detenerlo. A pesar de todo juega al fútbol, practica taekwondo, escala en palestra y hasta se dio el lujo de esquiar.
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Sabri Bonomo @BonomoSabri
Toma te presto una así vemos los dos! Este tipo de cosas sólo pasan en el cilindro!
17:06 - 22 Mayo 2016
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Santiago no pensaba en la foto cuando ayudó a su compañero a subirse a la valla. Sus argumentos son más simples: “Yo estaba viendo a Milito dar la vuelta a la cancha y mi amigo no llegaba, estaba saltando para asomarse. Entonces le presté una de mis muletas para que subiera. Yo siempre me subo para llegar”, cuenta al periódico El Argentino Zona Norte. Más tarde, en conversación con EL PAÍS, el niño asegura que el exdelantero de Zaragoza de España, Inter y Génova de Italia es su modelo a seguir: “Me gusta mucho, es mi gran ídolo, aunque me gustan todos los jugadores de Racing. Milito es un re jugador y me gusta todo lo que hace”.
“Antes íbamos más seguido al estadio, ahora solo podemos los domingos porque yo tengo la semana ocupada, pero el sábado dejé todo de lado porque se retiraba Milito y Santi no quería perdérselo”, relata Sabrina Bonomo, mamá del niño. “Tuvo la oportunidad de conocerlo el año pasado porque hicieron la pretemporada cerca de mi casa. Pudimos ir y entrar, miró el entrenamiento y todos los muchachos se sacaron una foto con él, le regalaron una camiseta firmada y Milito le dio sus botines. A partir de eso nos contactó Racing Integrado (parte del departamento social del club) y por eso no sacamos entrada para asistir”, agrega.