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Acoso escolar: Sevilla sólo cuenta con un orientador por 700 estudiantes
La media de la provincia es bastante más alta que la ratio europea Los directores reclaman más especialistas para garantizar la convivencia en los centros
DIEGO J. GENIZ
La carta de Diego, el niño de 11 años que se suicidó el pasado otoño en Madrid, destapó la caja de los truenos. El supuesto acoso escolar que sufrió el menor pasó prácticamente desapercibido para los padres, mientras que la dirección del colegio concertado al que acudía negaba los hechos. Este caso reúne todas las características propias de la intimidación, humillación y vejación a la que son sometidos muchos alumnos en los centros educativos por parte de otros compañeros: una familia que tarda tiempo en percatarse del problema que padece su hijo, docentes a los que se les escapa este conflicto en el aula y la dirección de un colegio que ningunea la situación para que el centro no se vea perjudicado. Las normativas elaboradas por las administraciones públicas para prevenir y actuar en estos casos no son suficientes. Los resultados demuestran que los departamentos de orientación educativa carecen en demasiadas ocasiones de profesionales capaces de activar el protocolo contra el bullying ante el menor síntoma que surja.