CEPES-A espera a ser convocada para trasladar sus propuestas en el modelo productivo andaluz
Siendo cierto que Andalucía, en los dos últimos meses, ha encabezado en términos absolutos el decrecimiento por comunidades en cuanto a desempleo, no lo es menos, el hecho de que el paro continúa siendo el problema principal a solucionar, máxime cuando persiste como situación laboral para más de un millón de personas que queriendo trabajar no pueden hacerlo. Por otra parte, también se viene constatando que el insuficiente empleo creado reviste una gran temporalidad y una escasa calidad.
La Economía Social andaluza, a pesar de la crisis, ha conseguido mantener prácticamente intacto e incluso incrementar su tejido productivo durante amplios periodos. Las cooperativas, las sociedades laborales, los autónomos adscritos al sector, las empresas de inserción, las mutualidades, los centros especiales de empleo, al igual que las restantes formulaciones empresariales de Economía Social, originan un tipo de empleo con unas características propias en cuanto a calidad, totalmente diferentes a las que generalizadamente viene generando el resto del mercado de trabajo. Así, y como indicador de estabilidad, valga decir que el 39,3% de los trabajadores y trabajadoras de Economía Social cuentan con una antigüedad en la empresa superior a los 3 años y el 30,9% más de 5 años.
Pero también, las empresas de Economía Social, logran insertar a colectivos tan desfavorecidos por la crisis como son la juventud, la cual representa prácticamente la mitad del total de los empleos, o el de las mujeres, representadas casi paritariamente; además, de éstas, el 53,1% tiene menos de 40 años.
En cuanto a la calidad en las contrataciones, prevalecen mayoritariamente las indefinidas frente al escaso porcentaje para el resto de contratos que se viene registrando en los servicios públicos de empleo. Complementando lo anterior se debe destacar que, además, las empresas de Economía Social no se deslocalizan, crean riqueza endógena, originan cohesión social y geográfica, e insertan socialmente a través del empleo a colectivos con dificultades de inclusión social.
Estas características unidas a los principios democráticos y de participación reconocidos universalmente como positivos, por los que se rigen las empresas de Economía Social, hacen que se constituyan en elementos imprescindibles no solo para crear riqueza y empleo, sino también para cambiar un modelo productivo que hasta ahora se ha demostrado como insuficientemente sostenible y ajeno a las necesidades reales de las personas. Es necesario transitar hacia otro que responda a las premisas de la sostenibilidad, la responsabilidad social y en el que las personas se constituyan en el eje sobre el que giran las actuaciones económicas y empresariales.
CEPES-A, como máximo representante de la Economía Social andaluza, cree en el diálogo social como instrumento mediante el cual se pueden alcanzar logros en materia económica, social y, sobre todo, en el tan necesitado empleo. En tal sentido, ve con buenos ojos la reanudación del diálogo entre la Junta de Andalucía y los agentes sociales y solo espera a ser llamada para poder aportar toda una batería de medidas sustentadas en la forma de hacer empresas sostenibles y socialmente responsables, y que tan buenos resultados vienen dando en materia de empleo, tanto en épocas de bonanza como de incertidumbre.
Los acuerdos en materia de empleo se tienen que hacer extensibles a otros agentes sociales que como la Economía Social han sido capaces no solo de demostrar que otra forma de hacer empresa es posible exitosamente, sino que como agente social de primer orden también es capaz de aportar soluciones, fundamentalmente en materia de trabajo inclusivo y de calidad. Valga como demostrativo de ello todas las aportaciones realizadas por CEPES-A a la Estrategia por el Empleo 2014-2020, materializadas en gran medida en lo que se ha venido en llamar Agenda por el Empleo.
Se prevé en dicha Estrategia que el Sector alcance el 20% del P.I.B. andaluz y que, consecuentemente, contribuya en una gran medida en la creación de empleo de calidad. Para ello se hace necesario dar continuidad y cabida dentro del diálogo social a la representación de la Economía Social andaluza, sector que se ha demostrado como estratégico para desarrollar en nuestra Comunidad un modelo productivo sostenible que genera riqueza real alejada de cualquier tipo de especulación, empleo de calidad y bienestar social.
