Entrevista a Chica González Ripoll. Coordinadora de Programas Educativos. Responsable de los proyectos de emprendedores. VICEPRESIDENTA de ACES
“En nuestros centros la ostentación siempre cedió el paso a la perseverancia.”
A nadie se le ocurriría llamarla María Luisa. Sólo aquellos poquísimos que todavía no se han visto involucrados por el huracán de actividad que desprende.
Chica González Ripoll nació en Córdoba pero su vinculación con la capital hispalense se remonta a esos orígenes del movimiento cooperativista andaluz donde en el año 1979 fundó una cooperativa de enseñanza en la “Hacienda Santa Ana” de Tomares junto a un grupo de amigos unidos por un similar planteamiento de vida y unas inquietudes a las que, en el momento histórico en que se encontraba nuestro país, querían dar una respuesta alternativa en el ámbito educativo.
Desde entonces y hasta ahora, la implicación de Chica en el movimiento cooperativo de nuestra comunidad le ha llevado a ocupar diferentes responsabilidades dentro de Asociación Andaluza de Centros de Enseñanza de la Economía Social (ACES) como Vicepresidenta 2ª y Coordinadora provincial de Sevilla, cargos que ejerce actualmente. Desde su inicios hace cinco años coordina en nombre de ACES los programas educativos de emprendedores EME e ÍCARO y en estos momentos se encarga de diseñar y coordinar ÉGIDA, un nuevo programa destinado al patrocinio y apadrinamiento de cooperativas escolares por parte de empresas reales. Nadie mejor que ella para dibujarnos el mapa en el que tan sólidamente ha contribuido a trazar el camino de un modelo educativo en el que la persona sobresale por encima de cualquier cosa.
Un modelo educativo, el de la economía social, que sin duda representa un modelo de identidad..¿no?
Efectivamente, los centros de economía social, nuestros colegios, comparten una identidad común frente a otros modelos: a diferencia de los centros concertados tradicionales nos sentimos escuela pública, y compartimos gran parte de los anhelos de ésta pero, al mismo tiempo nuestra especial gestión empresarial, apoyada en los valores y los principios del cooperativismo la hacen diferente. Ahí está nuestra fuerza.
Nuestros centros de enseñanza representan el valor, por encima de todo, de la autonomía, la toma de decisiones que parte de los propios profesionales implicados en un equipo que comparte el mismo estado de ánimo. Es decir, somos artistas y tenemos en nuestra mano “ser lo que queremos ser”.
Este modelo implica sostener una implicación y una responsabilidad que va más allá de cumplir un cometido. Somos y sentimos en clave cooperativista y ello supone asumir una serie de valores donde el emprendimiento es quizás nuestro rasgo diferencial frente a otros modelos educativos. Una apuesta que asumimos siempre desde los principios de la Economía Social.
Una pena que este modelo empresarial que nació y bebió de las fuentes del socialismo utópico no haya sido para nada protegido por gobiernos que debieron defenderlo con uñas y dientes por lo que representa en si mismo. Siempre metidos en el mismo cajón de sastre de una concertada ajena a nuestros idearios.
Esto supone entonces contar con un modelo pedagógico que destacaría por..
Mira, nuestras escuelas, te hablo de todas, y quienes lo dicen son las familias, son valoradas por la calidad pedagógica que ofrecen, por su humanismo y porque desde siempre han entendido como algo primordial para toda la comunidad educativa las relaciones basadas en la afectividad y la confianza. Son centros eficientes, inclusivos, sin apenas conflictos de convivencia, con escaso abandono escolar, receptivos a los cambios y a la renovación y apoyados siempre en firmes valores que tienen mucho que ver con la estabilidad de nuestros equipos docentes y no docentes. Sin embargo, no es tampoco extraño que cuando se habla de colegios afamados los nuestros no sean tan conocidos quizás porque en nuestros centros la ostentación siempre cedió el paso a la perseverancia.
Y por dónde pasan las prioridades actuales del modelo educativo de ACES ¿por donde pasa el proyecto educativo de futuro de los centros ACES?
Nuestras prioridades actuales donde estamos poniendo las máximas energías y recursos son tres, las tres muy conectadas entre sí: Lenguas Extranjeras, Aprendizaje Cooperativo y Fomento de la Cultura Emprendedora.
Las lenguas extranjeras es la prioridad que más complicada tenemos. Necesitamos unos recursos humanos y económicos para implantar un modelo eficiente de aprendizaje de otras lenguas que la administración nos niega, discrimina así a todo el alumnado de los centros concertados. Así que tendremos nosotros que hacer malabarismos una vez más para suplirlo. Pero, bueno, estamos acostumbrados y juntos lo lograremos.
En el Fomento de la Cultura Emprendedora jugamos con ventaja. En primer lugar porque va unida a nuestra seña de identidad: las cooperativas escolares lo tienen muy fácil, sólo tienen que mirar a su alrededor y actuar. Aunque también hay veces que son los profesores quienes aprenden a ser mejores cooperativistas gracias a sus alumnos-socios. Y en segundo lugar porque ACES ha sido pionera en gestionar y desarrollar programas de emprendedores transversalmente desde escuela Primaria con “Emprender en Mi escuela” y en la ESO con “ÍCARO”.
Todo ello anclado, como decía al principio en principios y en un profundo aprendizaje cooperativo sin el cual todo lo demás pierde su sentido.
Es decir, cualquier emprendedor no nos vale. En los centros cooperativos ACES perseguimos el éxito grupal, no individualista. Se trata de realizar un aprendizaje colectivo, para todo un aula, todo un grupo, toda una escuela… Por eso, nos encontramos en una posición privilegiada porque la propia escuela es ejemplo de lo que representamos. Por eso y porque la intercooperación nos permite aprender unas escuelas de otras. Compartimos, no competimos.
El V Congreso
Los próximos días 4 y 5 de noviembre ACES celebra su V Congreso, un foro en el que se plantearán los retos fundamentales que marcarán el devenir de la asociación en los próximos años. No es casualidad que uno de los temas “estrella” sea el papel que juega la inteligencia emocional en los centros ACES…
Pues no, es uno de los aspectos más demandados, junto con la gestión del aula como espacio afectivo, porque todo ello implica considerar a la persona y a los afectos (relaciones que se establecen, autoestima …) el punto de partida y de llegada. Frente a una enseñanza basada en la mera transmisión de conocimientos, el cooperativismo considera que el aula tiene vida propia, una vida a la que hay que dar respuesta. Se trata de que sea un espacio en el que todos participan, todos aprenden, todos se forman, grandes y chicos. Es un espacio creado entre todos, donde cada uno debe dar el máximo de su capacidad, su constancia, etc… Pero cuidado, no caigamos en estereotipos que después tantas veces nos pasan factura, el liderazgo lo tiene que ejercer el profesor y para ello tiene que ser culto, conocer más y saber transmitir aún mejor.
Si algo puedo decir, es que nuestros centros, hoy por hoy, son un fiel reflejo de ese rasgo “humano” afectivo que nos caracteriza, y ello lo refleja el que, como decía anteriormente cuentan con el menor índice de conflictividad recogido entre los diferentes colegios andaluces.
Y ya para finalizar, cuales son los retos a los que se enfrentan los centros de ACES…
No voy a entrar ahora en los escollos que vienen del exterior. Desde mi punto de vista hay dos retos muy presentes que está en nuestra mano afrontarlos con perspectiva y madurez: las crisis internas y el relevo generacional.
Daniel Jover, gran experto en estos temas, me explicaba un día hablando de esto que las cooperativas son en determinados momentos antropofágicas, es decir, se devoran a sí mismas. Y hay un dato curioso, es que suele ocurrir cuando mejor van las cosas, será posible. Las crisis mal resueltas nos causan mucho sufrimiento, debe ser por esa mezcla de lo personal y lo profesional propio de las empresas pequeñas. Aquí hay que prepararse y trabajarlas para cuando llegan. Alguna vez habrá que dedicar un congreso nacional a este tema porque aprendiendo unos de otros nos ahorraríamos muchos disgustos.
El relevo generacional es otro gran reto para nuestras empresas. Cómo mantener el compromiso social y profesional de los nuevos trabajadores con el cooperativismo y sus principios. Cómo realizar la mejor selección del personal explicando con claridad quiénes somos realmente y qué esperamos ser. Ay, la coherencia. Como los equipos experimentados tienen que dar el paso sin resentimiento a los nuevos y éstos saber dar su sitio a los salientes para que sigan dando lo mejor de sí mismos a la organización, es un desperdicio no aprovechar la sabiduría y entrega de quienes empezaron para seguir recorriendo juntos el mapa de un camino que se va reinventando cada día.
