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Bajo un sol resplandenciente que realzaba los rostros de los escolares y dibujaba un fina cortina de polen en la atmósfera, el pelotón tomó la salida entre los vítores de padres y profesores, apostados en las aceras de las calles como si de la llegada de una prueba ciclista se tratase. Aguardaba por delante un recorrido de 2,7 kilómetros, distancia suficiente para festejar por todo lo alto la onomástica de una competición en la que el deporte y la educación se funden en un íntimo abrazo. En esta ocasión, la carrera era más especial si cabe. Como en un matrimonio, alcanzar los veinticinco años reúne tanto mérito como fidelidad. Y la alianza entre el Colegio Cooperativa Andrés de Vandelvira y el Patronato Municipal de Deportes del Ayuntamiento de Jaén no tiene visos de romperse. A tenor de las sensaciones, su relación parece más estrecha que nunca. José Enrique Fernández de Moya, alcalde de la ciudad, e Higinio Vilches, concejal de Deportes, respaldaron con su presencia la salida y la llegada de la carrera. Tampoco faltó representación de la Delegación de Educación y Ciencia de la Junta de Andalucía, de la Diputación Provincial ni de la Asociación de Vecinos de La Gloria, colaboradores en la prueba. Virginia Moreno, directora del centro educativo, se congratuló por la presencia de otro invitado de excepción. Óscar Quesada, centrocampista del Real Jaén, y Manuel Peñalver, vicepresidente del club, también trasladaron el sentimiento del club hasta la línea de salida. Con los invitados en la lista, llegó el turno de los verdaderos protagonistas. Cerca de tres mil alumnos de centros educativos de la capital permitieron superar el récord de inscritos en las bodas de plata de la carrera. Al igual que en anteriores ediciones, las categorías convocadas fueron cadete, infantil, alevín y benjamín. Los ganadores absolutos fueron Álvaro Alcázar, del colegio Santa María de los Apóstoles, y Clara Barranco, alumna del IESLas Fuentezuelas. El vencedor en categoría masculina paró el cronómetro en 8 minutos y 57 segundos. Alcanzó la gloria en un hermoso e inesperado esprint final con Manuel Quesada, alumno de categoría infantil, que vendió cara su derrota. Cedió el primer puesto por solo un segundo (8:58). Más distanciado asomó Óscar López, del Fuente de la Peña, que subió al tercer cajón de podio con un registro de 9:21, cuatro segundos más rápido que Alberto Soriano, del IES Las Fuentezuelas, cuarto con 9:25. Los otros ganadores masculinos fueron el alumno del Altocastillo Víctor Gutiérrez, en alevín, y el representante del Santo Domingo Javier Cárdenas, campeón  benjamín. En la prueba femenina, Clara Barranco no encontró rival y venció con jerarquía. Cruzó la línea de meta en solitario con un registro de 10:06. A su estela llegaron Noelia Lucena, del IES Las Fuentezuelas, con un crono de 11:24, y María Luque, del Santa Catalina de Alejandría, con 11:54. Completaron la nómina de vencedoras Laura Cantero (infantil), Alba Gila (alevín) y Susana Raya (benjamín). Todas recogieron sus trofeos y obsequios en la entrega final de premios, más celebrada si cabe que en otras ediciones. La pasión estaba justificada. No siempre se festejan una bodas de plata. Y además, con récord de inscritos.