Fuente: www.diariodesevilla.es
La presidenta anunciará en su primer debate de política general cambios en la legislación que regula el sector de la construcción y que ya estudian Economía y Medio Ambiente.
J. M. M. P., SEVILLA
"Abrir en canal". "Una revisión en profundidad". Ésas son algunas de las expresiones que la presidenta de la Junta, Susana Díaz, ha utilizado para referirse al nuevo modelo de concertación social que quiere implantar ahora que el caso de las facturas falsas de UGT y la imputación del presidente de la patronal andaluza, Santiago Herrero, ha terminado por evidenciar que las relaciones que había establecido la Junta con los sindicatos y la Confederación de Empresarios procuraba estabilidad a Andalucía pero, en el mejor de los casos, poca mejoría en el empleo. Una de las derivadas de estos acuerdos, los cursos de formación laboral que daban estas organizaciones y otras empresas del sector con cargo a los fondos europeos y de la Junta, también va a ser revisada. La idea de Susana Díaz, y de la que hablará en el debate de política general del próximo miércoles, es que la formación de los desempleados debe tener lugar mayoritariamente dentro de las empresas. El convenio que la Junta y el Santander han firmado recoge una aproximación del modelo que el Gobierno andaluz está diseñando: son los parados, en este caso jóvenes de hasta 30 años, los que realizan prácticas no laborales en las empresas, donde adquieren formación y reciben una beca. El Servicio Andaluz de Empleo (SAE) es el encargado seleccionar a los becados.
Aunque el modelo no será exactamente el mismo, el Gobierno andaluz tiene intención de ir sustituyendo los cursos de formación clásicos, que corrían a cargo de los sindicatos y de la patronal, con unas cargas de opacidad con el correr de los años, por estas prácticas en empresas al consideralas un método más efectivo para encontrar empleo. Según los datos del Santander, el 46% de sus becados siguen trabajando en las compañías después del período de formación.
La presidenta tiene previsto firmar hoy un nuevo convenio de empleo con otra de las principales empresas españolas: con Telefónica. Su presidente, César Alierta, viaja a Sevilla para suscribir un acuerdo, en ese sentido, parecido al del Santander, aunque contiene otros objetivos centrados en el sector de las telecomunicaciones.
Susana Díaz protagonizará el miércoles el primer debate de política general de su mandato. Díaz comparecerá dos veces cada año en la Cámara andaluza para analizar el estado de la comunidad. En la sesión del miércoles, la presidenta tratará del asunto de la formación y dará más detalles sobre lo que ha denominado cambio del tejido productivo andaluz. Según ha podido saber este periódico, este cambio se plasmará en un plan que han comenzado a elaborar distintas Consejerías. Susana Díaz sí ha anunciado que sectores que han ido en declive en los últimos años, como la construcción y la minería, pasarán a formar parte de las prioridades de la Junta. En el caso de la construcción, el Gobierno andaluz se está planteando modificar algunas de las restricciones legales que se aprobaron al final de la burbuja inmobilaria. De esos mandatos son el Plan de Ordenación del Territorio de Andalucía y la Ley del Suelo, que establecía unos criterios muy exigentes para la construcción de nuevas urbanizaciones. Por ejemplo, sólo se permitía la edificación en núcleos de población ya existentes para primar los crecimientos concéntricos. De momento, se ha encargado un informe a las consejerías de Economía y de Medio Ambiente.
En realidad, este conjunto de leyes y normas no han podido ser sometidas a un ensayo de realidad, puesto que la racionalidad que quería imprimir a un sector desmadrado fue impuesta por la fuerza por el estallido de la burbuja y el fin de los créditos bancarios. 600.000 personas del millón de parados andaluces provienen de la construcción. La crisis no sólo ha llevado a cientos de miles de andaluces al paro, sino que también acabó con muchas de las constructoras e inmobiliarias andaluzas más señeras. Muchas de ellas, además, se vieron inmersas en casos judiciales por corrupción. Reconstruir el sector requiere la misma fuerza que recomponer un paisaje tras una batalla.
